Dos más, por favor.

Yo sé que es un poco onánico, pero me gusta demasiado la música y paso mucho tiempo viéndola, leyéndola, tocándola y escuchándola como para estar aparentando que no me gusta apreciarla y escribirla.

Los dos mejores EPs que he escuchado son definitivamente “Nil Recurring” de Porcupine Tree y “Ozone” de Motorpsycho. Hoy me di cuenta. Sí, obviamente me faltan escuchar muchos extended plays, pero ¿a quién no? y de todos los que he escuchado me quedo con esos. Por el final de la primera canción del “Nil Recurring” se escucha de manera exagerada la bulla de la guitarra, justo después de la parte space (oh, la parte space), en un riff repetitivo típico del género, con su buen toque involuntario de prog rock; para pasar después a la balada, el take alternativo de “Sentimental” del disco “Fear of a Blank Planet”, muchísimo mejor que la original, y que a lo mejor me condeno a muerte con esto, pero es una de las mejores baladas ever de Porcupine Tree, de la época donde se enmelazaban con el pop como si no le tuvieran miedo. El siguiente Track está muy bien, pero el último, esa una canción del Porcupine Tree dance electronicoide, que no se escuchaba desde el “The Sky Moves Sideways”, que convencería, como convenció a mi amigo el Albino, de que inclusive para estándares electrónicos, es una gran canción.

Y después Motorpsycho. La primera canción es el single, “Ozone” del “Trust Us”, sin comentarios. La segunda una linda bulla acusticiode proto-indie; la tercera, “The Skyes were full of… Wine?”, que si se le agrega un poco de amor al título, encaja perfecto en la temática de la letra y la atmósfera de la canción, y al que no le guste ¡que tire la primera piedra! Luego viene el cover de The Who, que es el cover de Mose Allison, que roquea terriblemente con su toque psycho-jazz en la guitarra del buen Hans Magnus Ryan. Y luego la jamás inédita en CD “Back to Source”, que nos hace regresar a la fuente aquella “Angels and Daemons at Play” y a esa exquisita versión refinada del low-fi noise-rock que Motorpsycho solía entregarnos por allá, a comienzos de los noventa.

Y si pueden, como diría Alonso, repotenciarse para apreciarlos mejor, adelante por favor, pero da igual en qué estado, igual estos EPs son muy buenos como para perdérselos.
Y el “Magical Mystery Tour” no cuenta, porque son dos EPs puestos en un solo álbum, más los singles de la época. ¿Pero y el “Superfuzz Bigmuff” o el “Jar of Flies”? Sí sí, también son buenos, también son buenos… pero nunca tanto.